Para muchos, resultó ser demasiado precipitado el anuncio de un tercer Dark Souls en la E3 del año pasado y algunos pensaron que la saga desarrollada por FromSoftware, producida y distribuida por Bandai Namco, podría agotar demasiado rápido la fórmula del éxito y así pasar al olvido. Contrariamente, Dark Souls III, regresa en grande y vuelve a sorprendernos tanto como lo hizo la primera entrega el 2011. Hidetaka Miyazaki se reintegra al equipo como director y logra mejorar la fórmula gracias a que recoge lo mejor de célebres sagas, desde Demon’s Souls hasta del exitoso Bloodborne, sin perder ese sello característico de los Dark Souls, cerrando magistralmente una trilogía que difícilmente podrá ser abatida, única y referente en el género RPG.
Paradójicamente, su alta dificultad es lo que hace más atractivo a la saga Souls, pero también es lo que más rechazo puede provocar en jugadores más casuales. El estudio FromSoftware conoce bien esto y sabe explotarlo. Cómo olvidar el lema que acompaña a esta trilogía; «Prepárate a morir una y otra vez», así, directo y conciso. Dark Souls juega constantemente con esta arma de doble filo, logrando el equilibrio entre la dificultad desafiante y la adicción al progreso del personaje. Para llevar esto a cabo, debemos explorar a fondo este mundo tétrico, plagado de monstruosos seres e infernales bestias, vencer en intensos combates, superar las duras e inolvidables batallas contra jefes y por supuesto, gozar de sus gratificantes recompensas. En un juego de este calibre la perseverancia y paciencia del jugador es la clave del éxito, evidentemente.
Pese a contar con infinidad de cambios, los más fieles podrían pensar que Dark Souls se simplificó en esta entrega, pero en realidad se facilitaron algunos procesos que ayudan en la progresión del personaje, obviamente dejando la exigente dificultad siempre en alto. Incluso si eres un jugador experimentado en la saga, podrías perder todas tus cenizas, ya sea víctima de un enemigo o tal vez por un pequeño descuido caigas en una trampa, porque en esta entrega sí que las hay.
El argumento nos lleva a Lothric, lugar donde se encuentran las tierras de los Señores de la Ceniza. Tras una espectacular secuencia cinematográfica, tomaremos el rol del Latente y nuestra misión será volver a restaurar la Llama Original.
Para comenzar, contaremos con multitud de opciones para la customización del personaje, siendo en esta entrega donde más variantes hay. Se agradece la inclusión de nuevas clases, como por ejemplo al Mercenario y al Asesino. En mi primera partida quise probar al Mercenario y tras 5 horas de juego las características del personaje me hicieron comenzar una partida nueva, esta vez con el Caballero, el que sin duda representa la clase más equilibrada para la primera partida, ya que en las mismas 5 horas duplique el avance del Mercenario. Un punto interesante es que cada clase cuenta con movimientos especiales, lo que le otorga un grado de innovación a la jugabilidad, eso sí, manteniendo el mapeado del control idéntico a sus predecesores, sumado a que en esta entrega contaremos con un movimiento mucho más ágil y fluido, lo que compensa la gran cantidad de movimientos y la velocidad con los que cuenta cada enemigo.
En Dark Souls III contaremos, a diferencia de los 2 anteriores, con una centralización de los NPC que nos ayudarán en nuestra aventura y a esto nos referimos cuando hablamos de facilitar los procesos, ya que al igual que en Bloodborne teníamos «El Sueño del Cazador», el eje central de esta entrega será «El Santuario del Enlace de Fuego» donde podremos subir de nivel, llevar nuestras armas al herrero, aprender hechizos, piromancia o algo tan simple como comprar ítems. A medida que progresemos en la odisea algunos NPC serán parte de este escenario y nos brindarán más de una ayuda.
Otra característica importante en esta entrega es que se añade por primera vez una barra de concentración o PC de color azul. Esta se utiliza para emplear ciertas armas o como maná para los hechiceros. Los Frascos de Estus cumplen una doble función y dependiendo de nuestra distribución podremos llenar nuestra barra de HP o nuestra barra de PC o bien descansando en la hoguera, donde también puedes llenar dichos frascos.
En cuanto al equipamiento, el catálogo de armas será bastante amplio, cada una con distintas características, algunas necesitarán niveles específicos de la barra de concentración y las más cotizadas vendrán de manos de los jefes, conforme avanzamos. Todo el arsenal contará con la opción de subir de nivel, obviamente disponiendo de los materiales requeridos y aquí el papel del herrero será fundamental en el desarrollo del personaje. Otra novedad radica en que las armas irán perdiendo su durabilidad, sin embargo siempre podrás restaurarlas en la hoguera más cercana.
A diferencia de los títulos previos, en Dark Souls III no se podrán mejorar las armaduras, algo que quizás se extrañe en un principio, pero a medida que avancemos en el juego se transformará en algo irrelevante, dado la gran cantidad de sets de armaduras con diferentes atributos que tendremos disponibles a medida progresamos. Saber cómo y cuándo utilizarlas nos dará una clara ventaja en el combate contra los jefes.
Sin lugar a dudas, lo que más sorprende en este título es el nivel del diseño de los escenarios. Esta entrega cuenta con inmensos y complejos niveles, con caminos secretos y paredes ocultas, representativos, llenos de detalles y aquí es donde hay que sacarse el sombrero y destacar el trabajo realizado por el estudio nipón. Todo parece calzar a la perfección y más de una vez serás sorprendido por las enigmáticas conexiones que tiene cada mapa entre sí. Lejos lo más impresionante es el hermoso nivel artístico con el que cuenta cada mapa dando la impresión de encontrarnos a cada paso en el marco de una obra dantesca.
La guinda de la torta la representan los jefes finales, aquí es donde más se diferencia de las anteriores entregas, rebosando el talento de Miyazaki. Estos jefes cuentan con un diseño y animación espectacular, perfectamente cuidado y naturalmente cada uno de ellos presentará un gran reto. Nos encontraremos con los mejores y emocionantes combates de toda la saga. Sobrepasar a estos enemigos nos dará de seguro un dolor de cabeza, sobre todo por que en esta tercera parte se encuentra el que definitivamente nos dará reto mayor. Todos estos encuentros son acompañado con épicas melodías, las que desde ya se sitúan como las mejores composiciones musicales de la saga.
En cuanto al multijugador, en esta oportunidad nos encontraremos hasta con 6 jugadores, los que llegarán en una suerte de invasión a tu mundo y nos generará de seguro un problema. Por lo demás la estampa del multijugador asincrónico de Souls sigue siendo una de sus principales fuertes. No está de más recordar la importancia que tienen los mensajes dejados en el camino a medida que vayamos avanzando.
Sin ser un referente técnico, nos encontramos con el primer Dark Souls creado para la actual generación de consolas y aquí es donde podríamos encontrar el punto más flojo de este título, ya que las caídas de frames son recurrente y no logran mantener los contantes 30 frames por segundo. Nuestro análisis se basa en la versión de Xbox One, siendo esta, la con peor rendimiento frente a la versión de PS4, que al menos mantiene una tasa de frames más constante y obviamente la de PC que presenta los mejores gráficos y el doble de tasa de imágenes por segundo. No obstante, las caídas de frames se presentan en todas las versiones cuando se trata de mostrar en pantalla extensas superficies. Indudablemente esto no opaca el gran trabajo artístico con el que cuenta Dark Souls III, desde los hermosos parajes, iluminación, el detalle de las armas y armaduras, como también los complejos diseños de los mapas. Del mismo modo la gran calidad en el sonido lo hace totalmente inmersivo y definitivamente nos encontramos con una de las mejores bandas sonoras de la trilogía.
Dark Souls III pone el broche de oro, cerrando perfectamente esta fantástica trilogía. Hidetaka Miyazaki deja la vara alta, creando el Dark Souls definitivo que bebe y homenajea de sus primos Demon’s Souls y Bloodborne. Además hay que destacar todo el trabajo artístico realizado por los japoneses de FromSoftware, estudio que lleva una vasta experiencia en este tipo de títulos, si contamos King’s Field de 1994 en la primera Playstation, dejando flameante la bandera del género RPG. Dark Souls III se presenta como un serio candidato a llevarse el título a «Juego del Año» y darle el sitial que le corresponde en el salón de los mejores juegos de todos los tiempos.