RESIDENT EVIL 4 Remake, el cual elogiamos hace unos meses, volvió a poner como standard el solido trabajo de CAPCOM a la hora de reimaginar otro gran clásico, manteniendo su rápida acción y tono sombrío mientras refina mecánicas, puzzles, visuales y agrega nuevos twists a la aventura de Leon S. Kennedy. Si bien se asumía que la expansión de Ada Wong era inminente, Separate Ways llega con algo de orgullo, y con justa razón. Es un refresco de memoria en relación a la obra maestra que tuvimos hace 6 meses, y hay muchos por ahí con hambre de más.
A revivir la historia con otros ojos.
Mientras Leon se encamina a rescatar a Ashley en el juego base, Separate Ways muestra en paralelo el camino de Ada Wong por obtener información sobre el origen de las Plagas, mientras decide internamente si ayuda más a su cliente o a sus indirectos aliados como Leon y Luis Sera, en calidad de informante. Al clásico plot se agrega el conflicto de Ada con su nueva infección causada por su nueva némesis, la Black Robe, nueva verdugo y segunda mano derecha de la familia Zalazar, quien será tu gran molestia a lo largo de la misión.
La nueva expansión mantiene los rediseños de la Villa, Castillo e Isla, esta vez con uno que otro cambio de curso y bloqueo y que Ada deberá cruzar de manera alternativa gracias a sus nuevos gadgets.
El Grappling Hook o gancho llega con la intención de modificar un poco el retocado gameplay de RE4 Remake. Con él, Ada puede cruzar puentes, subir niveles, entrar por escotillas e incluso realizar ataques a distancia. También contamos un escáner retinal que analiza huellas en el suelo y abre camino a nuevos puzzles. Ambos gimmicks entregan algo más de identidad al personaje, como para dejar en claro que Ada no es un re-skin de Leon.
Dejando las utilidades de superespía de lado, Separate Ways es básicamente todo lo bueno y mejorado de RE4 Remake. Un núcleo ya visto, previamente explicado, pero igual de celebrado: hablamos de un gunplay pulido, de acción frenética que sabe dar paso en ciertas instancias a una atmosfera más terrorífica, con cutscenes y visuales ya celebradas gracias al RE Engine, con el agradecido sistema de parry con el cuchillo, con gran trabajo vocal de André Peña y Lily Gao (f*ck the haters) entre otros. Ciertos desperfectos como el sigilo (que aun te deja simplemente correr sin ser escuchado, dejando prácticamente sin uso el botón de agacharse) pudieron corregirse en 6 meses pero se mantienen vigentes tanto en juego base como en la expansión.
En general es, obviamente, una experiencia más condensada pero que agrega toques más personales al plot de Ada, tanto en interacciones como en amenazas, incluyendo escenarios y momentos que faltaron en el Remake y que intentan homenajear mejor al juego original del 2005. La inclusión del Black Robe, si bien es un conjunto de boss-battles sin mucha ciencia, es uno de los twists que dan un poco de sabor y variedad a lo visto en el 2005.
Y una experiencia condensada constituye también un compas más rápido y osado en comparación al Remake. No pasa mucho tiempo para que los enemigos más básicos desaparezcan y den paso a Garradores, Regeneradores y otros mid-bosses que te pueden pillar desapercibido. Por suerte, nuestro confiable Mercader se hace presente una vez más para entregar el mismo sistema de mejoras, tesoros y sub-misiones vistas en la aventura de Leon. El tiempo para acostumbrase a la curva de dificultad es más corto, así que quienes terminaron el Remake por allá en Marzo/Abril entrarán probablemente al mapa de controles al menos una vez para refrescar memoria.
Todo esto comprimido para entregar el mismo entretenimiento del juego base en un estimado de 6 horas (en dificultad estándar) y que, sorprendentemente, por solo US$ 9.99, constituye gran valor y complementa aun más la experiencia de RE4 Remake. Ideal para quienes quedaron con ganas de más.
Bueno, bonito y barato.