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Review – Shinchan: mi verano con el profesor -la semana infinita-

Hayama

@theburpman

septiembre 29, 2022

Si hace 20 años atrás alguien hubiera profetizado en internet que no solamente un videojuego del querido y alocado animé Shinchan (o Crayon Shin-chan para los puristas) sino que uno de Boku no Natsuyasumi iban a ser localizados y que podría comprarlo en mi región siendo el mismo producto le hubiera contestado que su shitposting es digno de un compilado de MUGEN hecho en Brasil… pero acá estamos, es 2022 y los milagros del merchandising y colaboraciones de franquicias más inusuales del universo se han perpetrado, al punto que algo me dice que la juventud ya se acostumbró y este tipo de mezclas no le parecen extrañas, pero uno que acá lleva viendo este mundillo por décadas tiene todavía esa llama interior que, a pesar de todo, le obliga a veces a decir «wow«.

Y este «wow» es una suma de dos franquicias que, hasta la fecha, jamás habíamos visto para el mercado latinoamericano: si bien Boku no Natsuyasumi es algo que no muchos por acá conocen (y que ameritará explicarlo más adelante) acá en nuestro continente tuvimos la «fortuna» de recibir a Shinchan en nuestros hogares tanto para la TV abierta como el cable con un doblaje latino a principios de la década del 2000. Sin embargo la sorpresa de escuchar el nombre de Shinchan en el 2022 dentro de un marco mas casual o mainstream agarró a algunas personas en el tópico de la nostalgia, del «oh, sí, algo recuerdo de esa serie» o, de frentón, de lo retro. Este punto es lo que nos separa enormemente como latinoamericanos de lo que significa el fenómeno de Shinchan con el resto del planeta donde la serie sigue activa y vigente, lejos de ser un recuerdo vintage.

Y, bajo esa idea, me sentí con la obligación de tener que explicar esto antes de hablar del videojuego: acá en nuestro continente Shinchan llegó de una manera un tanto accidentada y no como muchos hubiéramos deseado, con una localización que pasó primero en manos de Estados Unidos. Esto era muy notorio gracias a que, si ya tenías cierta experiencia con el boom del animé que estaba ocurriendo desde años antes, no había que ser muy genio para darse cuenta de las manos gringas con solamente ver el Opening, con el coro gritando «Say hey! Shinchan!» a todo pulmón. Lo que nos llegó a nuestros televisores fue una versión más bien «familiar» de Shinchan, con mucha censura y cortes entre medio, siendo una anécdota que no deja de llamar la atención porque mucha gente recuerda precisamente a Shinchan como una serie llena de humor burdo, soez y a ratos ofensivo, especialmente porque Shinchan solo tenía cinco años e irradiaba caos a todo lo que tocaba, con la inolvidable voz de Laura Torres a la cabeza.

Yep, es lo que nos llegó y aunque no era lo óptimo, podría haber sido peor

Bueno, si la versión que dieron acá les parecía caótica, la versión original japonesa está en otro nivel de locura: recordada precisamente por su excepcional estilo de dibujo, con su creador Yoshito Usui siendo sincero en entrevistas comentando que entró al mundo del manga sin demasiada experiencia, golpeó a la sociedad japonesa a principios de los noventa por crear una serie que a primera impresión parece estrictamente infantil pero que en el fondo contenía muchas referencias para adultos, tanto de manera chabacana como otras donde había que pensarla un poco más que de costumbre. Esta mezcla fue explosiva y cautivó tanto a los niños que compraban todo el merch disponible como con los adultos que se reían de los dobles sentidos de la serie.

Este tema lamentablemente acá no nos llegó fiel por la localización y si bien la experiencia para nuestra televisión no fue tan desmesurada, créenos que en el resto del mundo la situación fue diferente: Shinchan tendrá su culto acá, pero en otros países la serie es una bestia donde han pasado tres décadas y sigue siendo de los animés más populares, casi al nivel de lo que es la santificada Dragon Ball Z acá. Algunos de los países donde Shinchan es dios son España (donde la serie llegó directa de Japón y la experiencia está en otro nivel de lenguaje), Indonesia, India, Tailandia y Corea del Sur, donde este último también tiene todo un submundo de videojuegos exclusivos de Shinchan que ninguno ha salido de ese país, con uno que otro que son bastante decentes. Como curiosidad, Estados Unidos años después también tuvo un cambio notorio en el doblaje donde la serie pasó a ser mucho, mucho más pasada de la punta y con su propio humor localizado, notoriamente inspirada en South Park, para bien o para mal. Nada de esto ocurrió en el doblaje latino en esos años y este cambio radical ha traído ciertas consencuencias con el juego en el mercado gringo.

Pero fue realmente la fanaticada de España el que hizo que viéramos el milagro en nuestro mercado: mientras que en Japón Shinchan empezó a cosechar muchos títulos desde la era del Super Nintendo, fue en el Game Boy Advance donde empezaron a llegar exclusivamente al mercado español los juegos de la franquicia, muchos de ellos con un moderado éxito comercial. Algunos de estos títulos incluso los llegamos a ver acá en Chile en algunas tiendas en la era de Nintendo DS cuando ya la importación se había facilitado considerablemente y por eso mismo cubrimos algunos de ellos en Gamercafe. Estos títulos venían completamente traducidos al español y agarraban por sorpresa a varios en nuestro país por cuestionarse el por qué existía esto sin siquiera tener opción en inglés, sin saber lo que ocurría en España.

El éxito de Shinchan en España es tan grande que los Nohara fueron allá en el manga

A pesar de todo, y sin poder hacer mucho al respecto, estos títulos siempre fueron dirigidos al público español. Con esto en consideración, alabadas sean las «repercusiones secundarias» para el mercado latinoamericano, ya que con la existencia de Steam, las descargas digitales y la cada vez menos importantes barreras de mercados por la globalización el último juego originalmente para Switch, PlayStation 4 y Windows fue confirmado en español para todo el mundo. En otras palabras: el primer juego de Shinchan que -realmente- nos llega acá de manera legal.

Y cuando las explicaciones históricas parecen extensas, acá es cuando los vengo a aburrir con la segunda parte: Neos Corporation, con una inesperada creatividad, tomó la decisión de contratar a la compañía Millennium Kitchen para entreverar el universo de Shinchan con nada más y nada menos que Boku no Natsuyasumi, una franquicia de videojuegos que hasta la fecha jamás habíamos visto fuera de Japón y que eran exclusivos de consolas Sony, con su primera aparición en PS1 el año 2000.

Boku no Natsuyasumi (traducido como «Mis Vacaciones de Verano«) ofreció en su momento una temática completamente original y muy japonesa: en el marco de la nostalgia de los años setenta, el juego nos sumerge precisamente en unas vacaciones de verano en el campo japonés, donde nuestro único objetivo es relajarnos con los bellos paisajes y atrapante sonido, cazando bichos, conociendo a la gente del pueblo, pescando o simplemente contemplando nuestro alrededor con paisajes dignos de un filme de Studio Ghibli. Cuando la gente dice que los videojuegos son «escapismo» este sí es un ejemplo enciclopédico del caso. Todos estos juegos fueron dirigidos por Kaz Ayabe, repitiéndose el plato en este título de Shinchan, por lo que más fiel a sus orígenes no puede ser.

Lo que parece un proyecto con pocas ambiciones y nicho se terminó transformando en uno de los juegos más alabados de la era post-2000 de PlayStation en su país de origen, golpeando duro básicamente a una añoranza de la era posguerra y el «milagro japonés» que tanto siguen amando con tanta evocación, los recuerdos de una era dorada y que al parecer no va a volver. Lamentablemente la barrera del idioma hace que la situación de jugar los cuatro títulos disponibles sea casi en el borde de lo impracticable para quien no maneje aunque sea lo básico y aunque se han manifestado proyectos de fantraducción hasta la fecha ninguno ha salido públicamente. Si todo esto te parece fascinante quiero mencionar que nosotros hablamos del primer título hace ya años atrás en el podcast de Gamercafe y el buen Tim Rogers realizó un video sobre el primer juego en YouTube con un muy completo análisis de… err… seis horas.

La cautivante y poética simpleza de Boku no Natsuyasumi en su primer título de PS1

La sumatoria deja en certidumbre la pregunta: ¿cómo demonios se puede mezclar la tranquilidad, serenidad y alma de Boku no Natsuyasumi con la anarquía, vorágine y vulgaridad de Shinchan? pues es precisamente eso mismo lo que gatilló a muchos de nosotros la curiosidad de querer darle una oportunidad al juego, porque todo es demasiado atractivo: el primer juego de Shinchan legal en latinoamérica, el primer Boku no Natsuyasumi en otro idioma que no sea japonés después de dos décadas de espera y el encanto de ver a Shinnosuke Nohara moviendo las pompas en medio de flores y paisajes japoneses agraciados. Era imposible decirle que no, especialmente porque al final de cuentas las tres décadas de la existencia de Shinchan generan la misma sensación de nostalgia que los originales Boku no Natsuyasumi querían ofrecer, como un particular efecto imprevisto.

Para nuestro mercado, el juego llegó con el nombre de Shinchan: mi verano con el profesor -la semana infinita-, un nombre que ha generado algunas confusiones e incluso una que otra broma de mal gusto. En Japón el juego es conocido como Crayon Shin-chan: Ora to Hakase no Natsuyasumi -Owaranai Nanokakan no Tabi- y que, haciendo la comparación, la traducción al español es casi perfecta. La única diferencia que tiene es con el chiste de «Ora», ya que realmente debería ser «Ore» y esto es porque parte del humor más recurrente de la serie es que Shinchan habla mal el japonés debido a su edad. Todo esto lo quiero destacar para la gente que lo va a jugar en español: por curiosidad decidí darle la oportunidad al título en nuestro idioma porque sabía que iba a ser un trabajo de traducción muy complejo para la gente que trabajó en ello, con chistes muy intrincados para darle contexto en castellano (muchos de ellos, precisamente, sobre correcciones del mal japonés que habla Shinchan en el juego) o que tenían que ver con cultura popular japonesa.

La tenían difícil, no se los vamos a negar, pero como resultado final la traducción es a ratos admirable: sí, es cierto que tiene los clásicos modismos españolísimos que acá en latinoamérica muchos no pueden soportar, pero considerando las dos fuentes que son el animé en japonés y el doblaje español al final el equipo tomó la decisión de intentar hacer de la traducción lo más «neutro» no en el uso del lenguaje, sino en las referencias. Afortunadamente no vas a encontrar ningún chiste sobre cultura pop española o algo así y eso se agradece un mogollón.

La historia del juego es más bien un pretexto para dejar a Shinnosuke en el ambiente de Boku no Natsuyasumi: al padre de Shinchan, Hiroshi, le toca realizar un viaje de negocios a la isla de Kyushu, por lo que toda la familia aprovecha la oportunidad para pasar a descansar a la ciudad de Asso, un pequeño pueblo rural. En este lugar la familia tiene la intención de reencontrarse con los amigos de la infancia de la madre de Shinchan, Misae, quienes viven ahí. En el camino a este pueblo, durante su paso por la estación de trenes la familia se encuentra con un enigmático personaje que les regala una cámara fotográfica. Este personaje es el profesor Akuno («Aku» de «malvado» y No como partícula «de», por ende es «El Profesor del Mal«, jaja), el cual tiene oscuras intenciones con la cámara, que contiene misteriosos poderes.

Un poco haragán, un poco patán

Y es en Asso donde se desarrolla el juego: durante nuestra partida, Shinchan podrá recorrer el pueblo durante el día, con absoluta libertad para hacer lo que quiera. Durante el itinerario podremos conversar con la gente, capturar insectos, pescar o comprar en tiendas. Todo esto se ejecuta usando fondos con cámaras estáticas muy de la vieja escuela de la era de la primera PlayStation, donde ya el primer título de Boku no Natsuyasumi las usaba y generaba el cansino pero inevitable comentario que «se ve como Resident Evil«. Si bien actualmente estas cámaras generan cierta molestia a algunos jugadores (algo que yo no me sumo) los paisajes del juego son absolutamente maravillosos. Todo lo aprendido de los títulos anteriores de Kaz Ayabe se plasma una vez más con la habilidad inconfundible del equipo de arte de Millennium Kitchen, llamado Convoy, con arte en acuarela y pintado a mano que es una delicia para los ojos y es de lo mejorcito que ofrece el juego. Si a esto le sumamos el clásico buen uso de efectos de sonidos del viento, las cigarras y los ríos, da como resultado ese sentimiento relajante que tanto la franquicia Boku no Natsuyasumi ha destacado en su existencia y que recomendamos sí o sí jugar en un buen monitor y con audífonos.

Por si esto fuera poco, la música es a mi gusto junto con las ilustraciones el mejor ofrecimiento artístico del juego, compuesta por el grupo Noisycroak que nos trae a la tranquilidad de los pianos, la música de campo y, a ratos, la locura de Shinchan pero en dosis relajantes. El tema principal del juego, interpretado por Sacco Saito es una canción digna de una película de Hayao Miyazaki y que le doy todos mis aplausos. Ella misma subió a YouTube una bella interpretación en piano.

El diseño de personajes de Shinchan me pareció por años una tarea titánica de trasladar al polígono y lo lograron, fundamentalmente gracias a que tuvieron la supervisión del estudio original del animé Shin-Ei Animation. Cada personaje viene con sus voces originales solo en japonés (algo que yo personalmente agradezco), y aunque no todo tiene voces podríamos decir que casi el 90% del juego las tiene, lo que no es menor. Aviso que puede ser que la gente que solo conozca Shinchan en el doblaje latino le pueda chocar la voz de Shinchan la primera vez.

Tanta tranquilidad y libertad, que incluso puedes escuchar cuentos

Pero acá viene el factor Shinchan: estamos hablando de una de las series más locas y a ratos surrealistas que existen en el mundo más mainstream del animé, por lo que el equipo de Millennium Kitchen decidió hacer lo irrealizable. El escapismo de Boku no Natsuyasumi se transforma en confusión. El enganche de «mi verano con el profesor» no es que sea un juego de Shinchan o un Boku no Natsuyasumi, sino la contradicción de esta idea. La entretención no viene exclusivamente de su sistema de juego, sino de la magnificencia y a la vez demencia que habita en su entorno. Lo que parece ser una aventura de vacaciones de verano infantil y relajante se transforma de un momento a otro, por culpa del profesor Akuno, en una epopeya que incluye dinosaurios y viajes en el tiempo. Lo que parece un spoiler la verdad no lo es porque es visible desde el propio arte oficial del juego, así que están avisados. Si a todo esto le sumamos lo irritante que es siempre Shinchan, incluyendo un botón para mover el culo y pequeñas historias donde una de ellas incluso se atreve a ofrecer un romance prohibido por diferencias de edad, da como desenlace a que sí… es un juego de Shinchan, solo que uno muy especial.

Los jugadores que no tengan experiencia alguna con Shinchan o Boku no Natsuyasumi pensarán como descarte que este título es un clon de Animal Crossing o Stardew Valley o algo de esa naturaleza, pero la verdad es que eso es a medias y en un tono mas contemplativo: durante nuestra partida Shinchan tendrá la posibilidad de ayudar a la gente del pueblo consiguiendo varios ítems que son requeridos, donde el surtido pasa por vegetales y peces. Obviamente es en este punto donde el juego te pide ciertas obligaciones por recolectar y así intentar sacar la mayor cantidad de logros posibles que nos ofrecen. Mientras más ítems consigas más dinero obtendrá Shinchan, que servirá para varias utilidades. Estos trabajos pasan desde colectar cosas en el suelo, plantar vegetales o la clásica pesca que es infaltable en este tipo de juegos. Por otro lado sorpresivamente Shinchan nos ofrece combates de dinosaurios (no pregunten) que son el reemplazo a los combates de insectos que tenían los Boku no Natsuyasumi originales. Estas peleas se realizan entre los niños del pueblo bajo el sistema de piedra, papel o tijeras y el surrealismo no te deja muy en claro si se tratan de combates reales o simplemente es la imaginación de los niños, lo que le da cierto toque de inocencia.

Y no nos olvidemos de la cámara: durante cada día que pase, Shinchan sacará varias fotografías de sus eventos más importantes. En el pueblo de Asso existe un periodico donde Shinchan podrá trabajar en él y podrás publicar tus fotografías, lo que te beneficiará con más dinero. Todos estos eventos van ocurriendo durante el transcurso del día, donde el tiempo pasa cada vez que uno avanza en cada espacio del juego. Debido a que Shinchan corre por todos lados el juego incluye una barra de energía, donde si la vaciamos nos devolverá a la casa donde Shinchan se hospeda debido a su cansancio. Igual esto puede ser evadido comiendo varios alimentos que se venden en el pueblo. Todo el sistema de juego es muy simplificado, con solamente un botón de interacción que hace todo y el resto sería para correr, ver el menú o atrapar insectos con una red.

Los fondos pintados a mano son, por lejos, uno de los mejores ofrecimientos del juego

Como han leído, este título nos ofrece tranquilidad y calma, con el género de los «simuladores de vida» de protagonista pero tampoco a los niveles de exigencia y complejidad que normalmente estos poséen. Todo esto, a nivel personal, lo he disfrutado harto y efectivamente lo pasé bien en el proceso. Como alguien que disfruta profundamente de la cultura japonesa este título tiene varios elementos que los agradezco de corazón. Sin embargo y a pesar de todo, Shinchan: mi verano con el profesor definitivamente no es un juego para todo el mundo, donde tengo claro y doy como advertencia que precisamente su monotonía y repetición es un ofrecimiento cristalino y desde el primer momento, por lo que no hay mentira en que habrán situaciones en que ya no sabrás qué hacer porque la libertad es tan espaciosa y las exigencias tan insignificantes que a ratos sentirás una sensación de vacío que no va a ser del gusto de todos.

Además de esto, creo que una de mis críticas principales se basa en la incógnita de su público objetivo: supuestamente Shinchan es una serie para todo público, incluso algunos dirán que más para adultos que niños, sin embargo gran parte (por no decir probablemente todo) el merchandising asociado a la marca es dirigido a un público prepúber y este título, creo yo, no es la excepción porque a pesar que lo puede jugar un adulto y relajarse en el proceso, son varios elementos que te gritan en la cara que es un juego estrictamente para niños. Hay varios detallitos que te generan la sospecha, como por ejemplo la narración del juego hecha de manera muy dirigida a pequeños por el personaje Hata (interpretada muy bellamente por Yukiko Motoyoshi), pero el ejemplo más incuestionable son las batallas de dinosaurios, donde además de ser extremadamente simples el propio juego se las ingenia para ayudarte, donde incluso a ratos tus oponentes te dicen cuál va a ser el siguiente movimiento que harán, así, como si nada. Llega a ser ridículo, una ayuda de un juego digno de un público de cinco años… que es la edad de Shinchan precisamente. Mi partida en total duró alrededor de unas 10 horas de juego para ver el final que es un tiempo preciso para lo que ofrece, sin embargo al completarlo el juego te desbloquea un modo New Game+ para poder consumar todos los objetivos que perdiste en el proceso. Esto es algo que no he logrado, pero por lo que me ha tocado leer puede tomar hasta 30 horas, lo que no es un reto menor.

Lo otro que, como aviso local, tengo que advertir sobre la versión de Steam que es la que jugué, es que actualmente está a un precio de 39.999 pesos chilenos que, si me lo preguntan a mí, definitivamente NO lo valen por ahora. Este es un precio de juego de animé y que en Japón les debe dar lo mismo porque va a estar el niño llorando a sus papás que le compren el juego como el propio Shinchan lo haría, pero acá esto duele su resto y yo recomendaría esperar a un descuento… ah, y sí, nos enteramos de lo que ocurrió en Switch. Espero no hayan despedido a la pobre persona que realizó semejante error.

Saluda a la cámara, Shinnosuke

En conclusión Shinchan: mi verano con el profesor -la semana infinita- es un ofrecimiento original y encantador que se agradece su existencia y que no pongo en duda que hay un público muy específico que lo va a amar, tanto niños como adultos muy a pesar de las advertencias que hice. Por otro lado definitivamente no es para todo el mundo y no puedo culpar a nadie que lo vaya a encontrar de frentón aburrido, por no decir que como he tenido el privilegio de jugar las versiones anteriores de Boku no Natsuyasumi puedo confirmar que, a mi gusto, el juego definitivamente no es el mejor de la franquicia, pero su elemento de relajo hizo click con mi alma y simplemente funcionó desde esa perspectiva. Lo único que puedo pedir para el futuro es que ojalá sigamos viendo nuevos juegos localizados de Shinchan. QEPD Yoshito Usui.

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Un Comentario en « Review – Shinchan: mi verano con el profesor -la semana infinita- »

  1. H_Magnus
    el October 10, 2022 a las 1:35 pm
    ¿El baile del culito tiene su botón dedicado? Ya con eso me lo vendieron.

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