A estas alturas de la vida nadie va a poner en duda que la franquicia Final Fantasy ya no puede estar más explotada, donde varios títulos de su galería han aparecido en diferentes plataformas y versiones. Sin embargo, y a pesar del abuso que puedan sentir algunos al respecto, hay que ser sinceros que con el caso de Final Fantasy VI la situación ha sido más por gotera: desde la original de Super Nintendo en 1994, vimos en el camino una versión de PlayStation en 1999 cuestionada por sus tiempos de carga, la decente versión de Game Boy Advance del 2007 (uno de los últimos juegos de la portátil de Nintendo) y una anecdótica versión para Android e iOS que terminó llegando a Windows el 2015 y que la mayoría de los seguidores de la franquicia prefieren olvidar que existen, por motivos completamente justificados.
Si sacamos la versión de PlayStation de encima (porque créanme, los que tuvieron la paciencia de terminar esa versión por los tiempos de carga fue gente contada con los dedos) se darán cuenta que entre versión y versión tuvimos que esperar casi una década por entrega. Por esta razón los relanzamientos de este clásico original de Squaresoft están justificados en querer presentar esta joyita a una nueva generación de videojugadores… y parece ser que el caso de Final Fantasy VI Pixel Remaster va más o menos por esa misma idea.
Publicado el 23 de febrero de este año, Square-Enix nos vuelve a presentar este título en Windows a través de Steam y dispositivos móviles. Este análisis va dirigido exclusivamente en la versión de Windows, por lo que no puedo asegurar que la experiencia vaya a ser igual en tu teléfono, sin embargo si hay algo que Square-Enix quiso dejar en claro apenas anunció esta versión es que iba a ser una experiencia retocada visualmente pero que, a la vez, intenta ser lo más respetuoso posible a su primera versión de SNES, por lo que sus exigencias gráficas son lo suficientemente bajas como para ser similares entre ellas.
Final Fantasy VI Pixel Remaster es, como su título sugiere, una nueva reinterpretación de este legendario RPG pero en el clásico formato bidimensional del pixel, casi en su totalidad alejado del polígono. Esto lo destaco porque mucha gente tiene la idea errónea que esta nueva versión de FFVI está estéticamente ligada a lo que Square-Enix ha hecho con el motor de juegos como Octopath Traveler o Triangle Strategy, pero no, acá estamos en una perspectiva de «Remaster» mucho más humilde pero no por eso completamente vaga, donde decidieron darle el hincapié específico a retocar todo el trabajo 2D y venerar este formato lo más que pudieron, pero con un trabajo visual más moderno. Todo esto viene desplegado de una manera llena de puntos negativos y positivos casi por igual que de seguro será algo divisivo entre sus fanáticos más acérrimos.
Según lo estipulado por sus desarrolladores, Final Fantasy VI Pixel Remaster fue creado de cero, sin nada copiado del código fuente original. Esta tarea no fue fácil, ya que el título además de poseer un nuevo trabajo visual tambien corre en resolución panorámica 16:9 e incluye una nueva versión de la banda sonora compuesta por el maestro e ídolo de multitudes Nobuo Uematsu. Esto podría parecer lo mímino que uno podría pedir, pero por otro lado el juego ahora incluye ciertos agregados que aceleran considerablemente la experiencia de juego o, como dicen los gringos, viene con mejoras Quality of Life que algunos van a agradecer y otros más puristas van a hacer como que no existen.
Un trabajo visual renovado, pero que «intenta» respetar el espíritu 16-bit del original, con resultados variados.
Pero antes de hablar de eso, hay que dejar en claro el por qué este Remaster existe: si bien Square-Enix ha publicado reediciones de gran parte de sus títulos populares de Final Fantasy, la sexta entrega es por lejos uno de los juegos más queridos de toda la franquicia, recordado por cerrar la trilogía canónica de Super Nintendo con una temática que se alejó levemente de la fantasía medieval clásica que habíamos visto en Final Fantasy hasta esa fecha y nos sumergió en un mundo donde la magia es un tabú, las máquinas, los robots y la modernidad son el eje central de su civilización y la guerra es algo que ningún reino quiere volver a experimentar. Estos tópicos rompieron con el molde repetido de la marca, justo después de pasar por un Final Fantasy V que no vimos en nuestro mercado originalmente pero que es recordado por haberse preocupado más del aspecto técnico de su sistema de batalla que de su historia, para algunos un juego que no está al nivel del resto en Super Nintendo y para otros una joyita perdida, dependiendo de lo que buscas en RPGs.
Es por eso que Final Fantasy VI nos entregó un para ese entonces sotisficado producto, uno de los más extensos RPGs de esa generación de consolas (excluyendo los juegos de rol tácticos, que su duración es más que nada basada en lo intrincado de sus batallas), con 14 protagonistas que viven una historia a primera vista accesible e incluso a ratos cómica para finalmente entregarnos un drama generado por uno de los antagonistas más inolvidables de la franquicia, Kefka, dando como resultado una aventura con una gran sensación de libertad en nuestras acciones que hasta el día de hoy es conversada y alabada entre los fanáticos de Final Fantasy, siendo por lejos uno de esos juegos «sagrados» que no muchos se atreven a criticar públicamente. Toda esta valentía de sus creadores sería básicamente la primera etapa de experimentación para Final Fantasy, donde ya desde PlayStation hacia adelante veríamos cómo cada título cambiaba de manera radical y que probablemente toda esa era no hubiera ocurrido como tal si no fuera por lo especial de su sexto juego.
Desde esa perspectiva el juego sigue siendo el mismo Final Fantasy VI de toda la vida… y esto lo marcamos con negrita porque Pixel Remaster NO incluye ninguno de los extras de las versiones de Game Boy Advance ni la de Android/iOS del 2015. El juego es básicamente la misma experiencia de Super Nintendo, donde años después en estas versiones mencionadas se le agregaron nuevas Magicites y calabozos que fueron descartados para Pixel Remaster. Si esto es bueno o no, con toda honestidad, depende del gusto de cada uno porque a título personal la versión de GBA incluye agregados simpáticos pero que al final del día quedaron más bien en lo anecdótico y no los extrañé demasiado en esta versión, aunque si tu primera experiencia con FFVI fue precisamente con la entrega de GBA puede que esto sea un punto negativo y rompa tu nostalgia, hasta cierto punto.
Como dejamos en claro y como se puede observar en las imágenes, el nuevo retoque gráfico intenta ser «2D y en píxeles» pero acá hay que destacar lo que realmente nos están ofreciendo: es evidente y no hay que ser demasiado genio para darse cuenta que Pixel Remaster sí corre en un motor poligonal, pero lo que hicieron fue pegar los sprites originales del juego como texturas junto con los mapas y fondos. Este efecto queda en evidencia porque en ciertas escenas hay cambios de cámaras con fondos tridimensionales, aunque son contadas con los dedos de una mano. El equipo detrás de Pixel Remaster volvió a hacer el trabajo estético del juego de cero, donde todo fue «inspirado» en el original pero al final del día se ve diferente, con resultados positivos y negativos por igual y en lo negativo destaco que algunos de los escenarios nuevos pueden ser a primera vista un tanto confusos en cómo están construidos, especialmente al compararlos con los mapas originales. A título personal no creo que ninguno de estos cambios vayan a «arruinar sin salvación» tu experiencia, pero es notorio. Más allá de eso el título tiene una paleta de colores bastante más chillona que el original de Super Nintendo e intentó hacer lo posible para simular el clásico efecto de Mode 7 de la consola de 16-bit, pero con ciertos retoques de rotación y escala que la consola originalmente no podía ejecutar fácilmente.
A pesar de los años Final Fantasy VI sigue teniendo uno de los elencos más queridos de la franquicia.
¿Es el retoque visual de Pixel Remaster algo sobresaliente o «mejor» que el original?, la verdad es que eso queda a gusto de cada uno, pero en mi opinión hay escenarios que se aprecian mucho mejor (Castillo de Figaro, Cueva Fenix) y otros que son un incómodo laberinto visual (Zozo, la fábrica de Magitek). Algunos retoques nuevos de ciertos escenarios son bellos, otros parecen de RPG Maker, especialmente ciertos cuartos que tuvieron que adaptarlos a la vista 16:9 que se ven muy raros. Hay cinemáticas que se ven mejores, otras que simplemente arruinaron (como en la fábrica de Magitek, que si jugaste el original notarás rápidamente que falta algo). Al final del día se siente una cierta sensación de inexperiencia de parte del equipo que trabajó en Pixel Remaster, pero puede que sea también la falta de disponibilidad del código fuente original que hayan tenido uno que otro problema para querer hacer un trabajo perfecto. De la perspectiva más purista probablemente lo peor de Pixel Remaster es la genérica y aburrida fuente para el texto que usa, directo del juego de móviles más burdo posible. Esto es una lección que simplemente Square-Enix no ha querido aprender con sus relanzamientos de juegos clásicos en Steam (muchos recordarán todo lo que se lloró con Chrono Trigger al respecto), aunque al parecer hay gente que está intentando remediar esta situación a través de mods. El título también incluye filtros tipo scanlines que sus resultados son un tanto toscos y no son de mi agrado, pero si a alguien le preocupa mucho el «efecto retro» artificial pues ahí tienen. Afortunadamente Pixel Remaster también incluye una galería de arte que siempre se agradece y va a alegrar especialmente a todos los fanáticos de Yoshitaka Amano.
En lo que respecta al sistema de juego, las batallas en el clásico modo ATB (Active Time Battle) siguen presentes pero ahora con un agregado que de seguro va a dar mucho de qué hablar: con solo apretar un botón, las batallas avanzan al doble de velocidad y, por si fuera poco, repiten el último comando que ejecutaste. Esto lo destaco con suma importancia porque esto hace que los comandos de Sabin, Cyan y Setzer se ejecuten automáticamente, tres personajes recordados por tener sistemas de combate muy únicos donde Sabin usa comandos al estilo de un juego de peleas como Street Fighter, Cyan usa su estilo Bushido con tiempos de espera y Setzer usa una ruleta de la suerte. Entonces sí… es lo que imaginan: ya no necesitarán ejecutar los comandos ni hacer la ruleta otra vez. Esto hace que el uso de estos personajes sea extremadamente simple e incluso puedas abusar de ellos, especialmente con Sabin ya que igual existe la posibilidad de sacar el «Joker» con Setzer y matar a todos tus aliados, así que ténganlo en consideración. Estoy seguro que este detalle va a sacar ronchas a los más viejos y puristas, gritando que hicieron de esta versión «demasiado fácil» y puede que tengan razón, especialmente porque además al juego le agregaron mapas que a ratos matan sorpresas (revelando, por ejemplo, pasadizos secretos de manera muy torpe) y los a estas alturas inevitables «autoguardados» que vienen en todas estas reediciones modernas de juegos retro pero que por otro lado también puedes ignorarlo y jugar como toda la vida. Eso depende de ti, aunque estoy seguro que la gente que más lo va a agradecer es la con falta de tiempo o los speedrunners, porque con todos estos agregados no exageraría en decir que se eliminan por lo bajo hasta 3 o 4 horas de juego. Especialmente si no es tu primera vez y ya sabes qué hacer Final Fantasy VI Pixel Remaster se siente a velocidad luz. No puedo evitar mencionar, eso sí, que si bien el juego corre como bala, al iniciar una partida el juego tiene una notoria carga de datos, una carga un tanto fea pero al menos es solamente una vez.
Otro detalle importante que incluye Pixel Remaster es que el juego ahora viene en doce idiomas, algo que muchos van a agradecer. Sobre este detalle, excluyendo la versión japonesa todas las traducciones de Final Fantasy VI Pixel Remaster son nuevas, donde la traducción en inglés original de Super Nintendo fue reemplazada por una nueva interpretación. Como siempre en estos casos esta situación es buena o mala dependiendo de tu purismo o factor «mi infancia» del tema: por un lado nos olvidamos de frases de la traducción original tan célebres por motivos equivocados como el megaclásico «Son of a submariner» o los recordados diálogos de Ultros, pero por otro lado es muy agradable al fin poder ver a Kefka deseándole la muerte a sus enemigos sin la censura como ocurrió en el original por culpa de las políticas de Nintendo of America en ese entonces. Todo esto también tiene un lado que puede ser irónico, ya que Square-Enix decidió nuevamente censurar cierta escena de tortura de un personaje. Como toda la vida lo he jugado en inglés y japonés, en esta oportunidad intenté por primera vez vivir la aventura en español, algo que normalmente evito por temas puristas… y bueh, lamentablemente para nosotros viene en completísimo castellano de España y es muuuy notorio. No les voy a mentir que si manejan el idioma inglés o el japonés mejor vayan por esa vía, porque una de las cosas que más me molestó de la versión en español es la infantilización de varios momentos por el uso de un lenguaje digno de España de los años ochenta. Esto incluso va dirigido a nuestros amigos de allá.
Sí, todavía le puedes hacer un súplex al tren
Si bien mi experiencia en lo estético no ha sido del todo satisfactoria, lo que sí puedo tirar flores fue en el nuevo trabajo musical: Final Fantasy VI Pixel Remaster incluye una nueva versión de la banda sonora con instrumentos reales y orquesta. Esta nueva versión fue 100% supervisada por el propio Nobuo Uematsu y para mí fue el único motivo real y de peso para poder disfrutar de Pixel Remaster ya que gran parte de los temas fueron de mi agrado, especialmente con los elementos más folclóricos que me recordaron a trabajos muy bellos como Final Fantasy IV Celtic Moon. Como siempre todo lo que tiene que ver con música es subjetivo y puede que esto sea debatible, porque igual hay algunos retoques que no me gustaron del todo (especialmente en Techno de Choboco), pero para la gente que quiere tener un motivo para volver a jugar FFVI desde otra perspectiva esta es LA gran excusa para adquirir Pixel Remaster. Igual no les costaba nada agregar un modo para jugar con las canciones originales clásicas de SNES pero bueno…
Ahora, de seguro muchos se están preguntando sobre esto en particular que, aunque pueda ser spoiler para algunas personas, me es imposible no comentarlo acá: Final Fantasy VI es recordado por la escena de la ópera, para ese entonces uno de los momentos más ambiciosos creados en Super Nintendo, estrujando todo el potencial sonoro de la consola en pleno 1994. A lo que voy con esto es que, para mi gigantesca sorpresa, la ópera viene completamente cantada… EN ESPAÑOL. No, no es broma, de hecho la ópera viene en siete idiomas disponibles. Esta sorpresa la destaco no solo por el hecho de escucharla en mi idioma, sino porque yo solamente esperaba escucharla en italiano como lo fue originalmente en el legendario álbum Final Fantasy VI Grand Finale. ¿El resultado? eeh… voy a ser sincero en decir que me sacó mucho de onda, de verdad no me lo esperaba y prefiero la versión de Grand Finale aunque la comparativa pueda parecer muy injusta por ser algo fuera de los videojuegos, pero ahí tienen. Igual aprovechamos en felicitar a las personas que participaron en ese trabajo, que al parecer era algo que Nobuo Uematsu quería realizar desde hace años, pero que después no digan que no les advertimos.
Si sumamos todos estos puntos: ¿es Final Fantasy VI Pixel Remaster la versión definitiva del juego?, pues no, definitivamente no, pero tampoco es terrible. Las personas que vayan a adentrarse al juego por primera vez lo van a disfrutar con básicamente casi los mismos elementos que hicieron del original el clásico que es en la actualidad y va a ser una entretenida y agradable experiencia. Lo de «definitivo» estamos claros que no porque, al final del día, es muy obvio que esta versión la hicieron con prioridad al mercado de Android e iOS. Lo que sí, esta versión es infinitamente mejor que la del 2015 y es un producto competente, más lejos de ser perfecto. Para el momento en que fue escrito este análisis el título recibió varios parches que corrigieron numerosos bugs y la recepción en Steam ha mejorado considerablemente cada semana, así que la opción está ahí y es valorable. ¿Es mejor que la versión de SNES? probablemente no, especialmente porque el factor mágico de cómo FFVI le sacó el jugo a su hardware desaparece pero esto ya es cosa de viejos como uno, por no decir que, como de seguro deben imaginar, el precio del cartucho no es nada barato. ¿Cómo podría ser una versión definitiva? pues con muchas más opciones, incluyendo de paso poder jugar el original de manera legal y sin emuladores. Hay gente que dice que todavía esperará a una versión con el estilo de Octopath Traveler, mientras que por otro lado hay gente que todavía reza que a todos los títulos 2D de Final Fantasy les hagan el tratamiento que recibieron los dos primeros juegos en PSP pero supongo que eso es mucho pedir en la actualidad. Si eres de esas personas… pues probablemente vas a tener que esperar diez años.