Los últimos años de la PlayStation 4 y la entrada hacia la siguiente generación de consolas han sido un periodo bastante curioso para Sony, ya que si bien han tenido cifras bastante positivas en cuanto a ventas, estas no han estado excentas de críticas. En un extenso artículo de Bloomberg, el periodista Jason Schreier, conocido por su cobertura de los aspectos más internos del funcionamiento de la industria, comentó sobre como Sony ha tratado de centrar sus actividades en apuestas seguras, e imitar a la industria de Hollywood, cazando éxitos de taquilla con sus estudios más grandes, mientras que el resto de sus estudios más pequeños y con trabajos más nicho han sido desarmados, restructurados o asignados a asistir los proyectos de sus franquicias regalonas.

Títulos como Everybody’s Golf y Gravity Rush pertenecieron a equipos dentro de los estudios japoneses, donde muchos de los trabajadores renunciaron post restructuración de estos. Por otra parte, se reporta que Sony Bend, la gente tras Days Gone, planteó la posibilidad de desarrollar una secuela del título, lo que fue desechado en favor de poner a algunos de sus equipos a trabajar asistiendo a Naughty Dog en algunos de sus proyectos. En tanto, un grupo de Visual Arts Service Group, quienes prestaban asistencia de desarrollo a múltiples proyectos de Sony, se independizaron para poder trabajar en un remake de The Last of Us, proyecto que la compañía movería de vuelta a Naughty Dog, desarmando el equipo que tenía un presupuesto más pequeño y causando la desvinculación de otro número importante de trabajadores.

Todo pareciera indicar que mientras sea plata fácil y segura Sony no tendrá problema en enfrascarse en las ideas que ya tienen a la mano y simplemente utilizar a sus nuevas adquisiciones como soporte para sus caballitos de batalla. Habrá que ver que resultados da dicha estrategia en la generación que recien comienza, pero de seguro será una estrategia que sacará ronchas entre entuciastas de la industria.