Como si fuera una crónica de una muerte anunciada, y es que Electronic Arts ha dicho basta a la catástrofe que fue Anthem, la cual Bioware intentó rescatar con rehaciendo el juego sobre la base que ya tení­amos los jugadores. Pero ya no da para mas, Anthem fue el ejemplo de querer y no poder ligado a muchos problemas internos como abandono de personal clave y la imposición de EA de usar el motor Frostbite para reducir costos.

Para los entendidos, Frostbite el es motor grafico propio de EA y diseñado principalmente para juegos de guerra en primera persona, lo cual se vuelve una tarea delicada el intentar adaptarlo para otros géneros como por ejemplo los RPG de acción en tercera persona, la especialidad de Bioware. Lo que llevó a problemas de rendimiento, largos tiempos de carga o que incluso las Playstation 4 que lo corrieran se apagaran de pronto y sin aviso. Podemos suponer que intentar lidiar con todo esto fue la causa de porque la historia del juego tampoco pudiera brillar, volviéndose repetitiva en sus misiones.

De verdad fue un juego que pudo haber salido adelante, pero todos los problemas acumulados simplemente no dieron para mas, y se puede ver por ejemplo en el acabado artí­stico del mundo de Anthem, pero que lamentablemente dicho nivel no se replicó en la jugabilidad y la estabilidad del mismo. Aunque con el tiempo y mediante parches se han ido arreglando uno que otro problema, agrandando nuevo contenido y demas, pero el daño ya estaba hecho.

Tiempo después Bioware se pronunció, diciendo que básicamente iban a rehacer Anthem, una versión que seria la visión original que tenia el estudio de este proyecto y se llamarí­a Anthem Next, pero el 2020 pudo mas. La pandemia fue un factor clave para decirle adiós a Anthem, aunque los servidores seguirán activos pero ya no recibirán mas contenido. Así­ Bioware se centrará en otros proyectos como el próximo Dragon Age, Mass Effect y actualizaciones para Star Wars: The Old Republic.

Una verdadera pena, pero así­ es el mundo de los juegos triple A, un enorme riesgo tanto para las compañí­as como para los jugadores que depositan su confianza y entusiasmo.