Es como culpar al hijo de Jorge Hevia y sus «pinguinos» por la promiscuidad adolescente moderna
Sexy…
Luego de un fin de semana lleno de reflexión espiritual, y por supuesto una tonelada de «refritos» cristianos vistos por televisión abierta, he vuelto a rondar los rincones de la Internet en busca de noticias sobre el mundo de los jueguitos; esta vez me encontré con una noticia referente al interminable debate en contra de los contenidos «para mayores» presentes en los videojuegos (y su influencia en los usuarios), y si es una de esas que llaman la atención.
Tom Keenan, profesor universitario y disidente de los videojuegos, ha expuesto recientemente una lectura acerca de la violencia y el sexo en los videojuegos, el tema, siempre bullado entre los críticos, tiene como gran desafió el encontrar exponentes que de manera directa apoyen la teoría que critica la presencia de estos contenidos dentro de los videojuegos; recientemente lo fue GTA y su comentado escándalo «Hot Cofee», sin embargo, el caso de GTA es bastante particular, por lo que hubo que buscar un nuevo videojuego para sustentar las acusaciones.
El elegido: Custer’s Revenge…
Se preguntaran que Mier$% es eso, pues bueno, ni yo mismo lo sabría si no hubiera visto la genial review del AVGN, pero en cuento corto, es un videojuego «porno» creado en 1982 para el Atari 2600, y consiste básicamente en tomar el rol de un vaquero conocido, y violar indias americanas… esto en el papel suena divertidísimo, sin embargo la realidad es que el juego forma parte de una serie de videojuegos para adultos, que plagaron el Atari con perversión pixelada del peor tipo.
El señor profesor debió de recurrir a un juego viejo y malo para reforzar su presentación acerca del contenido sexual en los videojuegos, lo que no esta mal, pero esta definitivamente fuera de fecha, ya que este juego se creo para una de las consolas mas «liberales de diseño» de la historia (cualquier pelmazo podía publicar juegos), y además, antes del advenimiento de nuestros amigos de la ESRB y similares.
No cabe duda que el negocio de «entretención para adultos» también ha cambiado durante los años, lo que no se puede aceptar, es que se acuse a los jueguitos de hacer propaganda a la violación basándose en un juego de casi 30 años de antigí¼edad, vamos… pónganle mas esfuerzo a la cuestión.
Fuente: Gamepolitics