¿No es por ser carbonero… si el empezó?
Siempre he sido fan de Zelda, no he tenido la posibilidad de jugarlos todos, sin embargo me considero una de esas personas que necesitan su dosis de Zelda (el juego) de vez en cuando, ahora en lo que respecta a Twilight Princess tengo mis propias opiniones (no muy positivas), un juego que sin duda fue mucho mas que «otro» Zelda para Nintendo y de paso la industria en general…
En marco del Game Developers Conference (GDC) el encargado del área de desarrollo de Software de Nintendo Eiji Aonuma se encargo de dar un par de datos interesantes a la conversación.
Según Aonuma Twilight Princess fue una especie de expiación para con el publico japonés y norteamericano, el cual supuestamente había quedado «desencantado» con la anterior entrega de la saga (The Wind Waker), la cual a pesar de haber obtenido resultados positivos en occidente, fue causa suficiente para que el equipo creativo de Nintendo pensara en terminar la serie, el desencanto del publico japonés según Aonuma se debía a que el mercado Nipón se estaba desviando de la industria de los videojuegos, la cual aparentemente se convertiría en la oveja negra del mercado japonés.
Aquí es donde la conversación entra a terrenos escabrosos, continuando con su presentación Aonuma dijo haber encontrado la solución perfecta para revivir la «nunca muerta» saga, la solución: Wiimote. Habría sido el mismo Miyamoto quien le habría dicho al equipo creativo acerca de cómo el control seria la clave para revivir la leyenda.
Personajes con aspecto serio (no dibujitos Cell shading), Link echo una bestia (Lobo), y el uso del Wiimote como arma principal (no para romper teles) según Aonuma fue la clave para el éxito del juego a niveles que ya todos estamos enterados.
Cual es el verdadero alcance de la innovación de Twilight Princess y que tan «Revolution» fue el juego, y de paso la consola, son cosas que cada uno guarda a modo de opinión, al final solo el tiempo nos dirá si Twilight Princess ocupara un lugar privilegiado entre los mejores juegos de la leyenda.
Si me preguntan a mí la coyuntura no hace al héroe…