Chile es un aunténtico hoyo, no lo digo con una cognotación negativa sino como una acentuación a que en muchos casos vivimos una realidad muy diferente al resto de nuestros hermanos Latinoaméricanos en muchas cosas, entre ellas la realidad local de los videojuegos. En un día como hoy varios amigos extranjeros celebran con efervescencia los 25 años de Megadrive que apareció en el mercado Japonés el 29 de Octubre de 1988. El recuerdo de los seguidores de Sega con la Megadrive, consola que conocimos acá como Sega Genesis por problemas legales con el nombre en Estados Unidos, cala hondo entre todos los amantes de la compañía por ser, por lejos, la consola más exitosa de la historia a nivel mundial para Sega, siendo distribuida por todo el planeta con buenos resultados en gran parte de sus mercados, ni hablar de Brasil y la dominación de Tec Toy donde siguen sacando productos basados en la arquitectura de Genesis hasta el día de hoy.
Para ellos, el día que Sega Genesis agració su casa fue el día más importante de sus vidas.
Pero para Chile, fue Martes.
Una realidad dominada por una distribuidora, una revista localizada y todos los medios juntos, que a pesar que en la televisión se realizaron notables intentos por sacar adelante la venta de la consola el Sega Genesis jamás pudo superar ni siquiera en la mitad de la popularidad al extremadamente venerado y probablemente consola más amada de la historia de Chile, el Super Nintendo. Recuerdos y hechos de una máquina que muchos acá se hicieron los ciegos y renegaron por amor al fontanero, mientras el resto del planeta sufría la más intensa y alocada guerra de las consolas que se pueda recordar.
Como varios de nosotros que vivimos una infancia o adolescencia dominada por la Atari 2600 y el NES (o simplemente un Famiclón) la Genesis cayó a nuestra vista sin pleno aviso: Muchos (por no decir la mayoría) conoció la consola en nuestro país cuando ya Sonic the Hedgehog estaba revolucionando el mercado Norteamericano y Europeo mientras hacía temblar a Nintendo para accelerar la producción de juegos para su posteriormente inaugurada SNES. Probablemente algunas personas tuvieron la suerte de conocer la Genesis antes de este suceso por su mayoría de edad para poder adquirirla a un alto precio y jugar títulos como Altered Beast o Golden Axe, donde este último era muy popular en nuestro país. Lo cierto es que si bien se puede discutir mucho de la popularidad del Genesis a nivel local nadie puede negar que Sega era una marca de prestigio y calidad en los Arcades en Chile, con salones llenos de juegos de acción y simuladores de conducción, estos últimos muy recordados por gozar de una popularidad gigantesca con títulos como Hang-On, OutRun o posteriormente el legendario Daytona USA, entre muchos mas. El nombre «Sega» estaba en la mente de muchos de los que nos quedabamos babeando viendo pantallas de «attract mode» con logos de Sega moviéndose con efectos raster de rotación que impresionaba a cualquiera en esos años.
La historia del Genesis en Chile es bien extraña, en especial porque a pesar que tuvimos un pésimo sistema de distribución y que la distribuidora H. Briones fue lo mejor que le pudo ocurrir a Nintendo en Latinoamérica (comandadas por un caballero de la Fundación Pinochet… yep, infancia destruída para algunos) lo innegable es que todos los que estabamos introducidos en el mundo de los videojuegos al menos habíamos «oído» hablar del Genesis. Entiendo que, por sobre todo en regiones, la Genesis tal vez haya pasado como un susurro y nunca se topó con una hasta que la encontró en un evento post-2000 o incluso en internet con emuladores (que el tiempo me ha demostrado que es más de lo que yo podría haber imaginado) pero para los que les gusta reescribir la historia de los videojuegos, algo tan popular últimamente, diga las cosas sin vender la pomada: La Sega Genesis existió en Chile, tuvo su resto de público y éste fue un público fiel que la gozó hasta el fin, con todas las complicaciones que eso exigía.
Ser un usuario de Sega Genesis en Chile fue difícil porque simplemente la pusieron difícil: H. Briones durante la época del SNES y el N64 hizo un trabajo impecable de publicidad y garantía que fue resaltado por la mismísima Nintendo (con Howard Lincoln pasando por Chile sorprendido por lo que estaba sucediendo acá), donde la distribución de juegos de SNES ya posterior a año 93 era casi el triple que lo que llegaba de Genesis. Recibimos una edición localizada en nuestro país de la revista Club Nintendo obteniendo información fresca, con publicidad aplicada de manera exclusiva a nuestro mercado y en lenguaje neutro, mientras que la única manera que tenían los usuarios de Genesis para recibir información era comprando revistas españolas multiplataformas como Super Juegos o entrar a la única alternativa exclusiva de Sega que era la parafernálica Mega Sega con el Mega Golfo enseñándote nuevas puteadas en españolísimo. Todo, obviamente, con muchísimos meses de retraso de la información, llegando a veces fácilmente a asomarte en tu kiosko seis meses después de su publicación en el extranjero y siendo más caras que una Club Nintendo por ser importadas. Incluso a pesar que la consola y los juegos eran, en teoría, más baratos que los de SNES la gente en nuestro país prefería simplemente pasar a la alternativa aún más barata y mucho más popular que era el NES… y, aunque parezca increíble para muchos, algunos inclusive decidieron disfrutar de las bondades de la Master System II que la propia Genesis, algo que parece ser palpable en estos días cuando te llevas la sorpresa que en ferias y «persas» de la perifería en Santiago es más fácil encontrar accesorios y juegos (¡con caja!) de Master System II que Genesis. Simplemente la imagen de la «actitud cool» que estaba haciendo triunfar al Genesis en Estados Unidos y Europa no fue suficiente o simplemente no se recibió en nuestro mercado local.
La situación no solo se centró en lo comercial, sino también en lo popular: Durante muchos años, no solo en ese tiempo sino ahora, he recibido comentarios de muchísima gente que vivió esa época y sentía, literalmente, esa sensación a nivel popular que «los que tenían Sega Genesis se los habían cagado» o «pidieron un SNES en navidad y los papás se equivocaron«, así de simple. La crítica al Genesis por las personas que tenían SNES y conocían la máquina también se hizo esperar, centrando su crítica muy en especial en la tarjeta de sonido del Genesis que es uno de los puntos más controversiales de la consola. Considerando la situación que vivía Chile con las consolas Nintendo y la Game Boy no es demasiado difícil entender que los publicistas que trabajaron para Briones simplemente lograron su cometido y su obra marcó por décadas la percepción de la marca Nintendo hasta nuestros días. Era realmente fácil estar al lado de Nintendo: Lo tenías todo al alcance de la mano.
Mientras todo esto pasaba en Chile el resto del planeta se agarraba a golpes y patadas frente a una guerra de las consolas que ha sido inmortalizada y es que no es como que antes no existiera esa competencia porque la había y eran fieras, sino porque para nuestra generación a nivel mundial nunca nos habíamos topado con gente mencionando con nombre y apellido a la competencia tirándole caca sin ningún pudor. Era algo nuevo para mi generación, algo que acá en Chile solo lo vivimos como espectadores de una vitrina internacional en revistas Españolas, como si uno estuviera colgado viendo TVE o Antena 3 comentando lo «exótico» que era, eso o te enterabas de la locura Norteamericana en Gamepro, si tenías la movida para conseguirla.
Sin embargo, vuelvo a insistir que acá en Chile el público de Sega sí existió y sí se luchó para sacar la plataforma adelante: Fuera del legendario comercial de Redi Ltda con Sonic diciendo «Sí sí sí» mientras en el colegio discutías con tus compañeros por qué decía eso si estaba señalando «No no no» con la mano también apareció la movida televisiva que, lamentablemente, pocos la gozaron ya que cayó de manera exclusiva en la televisión por cable con Segamanía, programa que era conducido por Miguel Barriga (no, no está imaginando tonteras… sí señor, ESE MIGUEL) que utilizaba el obligatorio recurso del concurso telefónico al estilo Hugo y jugaron títulos como Sonic the Hedgehog 2, The Adventures of Batman & Robin, Batman Returns de Sega CD o Desert Demolition Starring Road Runner And Wile E. Coyote. Muchísimo tiempo después cayó Segacción, programa conducido por Jennifer Warner antes que cayera en las garras de la farándula pero que ya pasó por la era de Sega Saturn, cayendo demasiado tarde en una plataforma que le fue aún peor en nuestro país y el resto del planeta.
Fuera de los intentos 100% nacionales probablemente el recuerdo más sorprendente del paso del Sega Genesis por nuestro país fue la localización de Sega Channel, el sistema por cable que te ofrecía demos y hasta 50 juegos disponibles al mes, al más puro estilo de lo que es ahora los sistemas de descarga digital pagados como PlayStation Plus y que lo trajo Metropolis-Intercom, un verdadero riesgo para la situación actual de la consola en Chile donde muchos por acá hubieran llorado por tener el Satellaview disponible en nuestro país.
A pesar de todos estos intentos el Genesis nunca pudo subir posiciones en Chile y cuando ya empezaron a caer las bombas de nombres conocidos para el público Nintendero que le llamara la atención como los dos clásicos de Konami Castlevania Bloodlines y Contra: Hard Corps el mercado mundial se sacudió con el lanzamiento de Donkey Kong Country, sellando la situación de manera definitiva por estos lados.
Durante estos años muchos de los que seguían a Nintendo (por no decir el 99%) simplemente se volvieron seguidores incondicionales de la marca y no llegaron a mirar al lado hasta la masificación del PlayStation a finales de los noventas. Los videojuegos son un mundo que me ha apasionado desde que tengo uso de razón y si bien Nintendo era y sigue siendo mi empresa favorita de videojuegos en esos años yo era de los que iba a Arcade y, afortunadamente, tuve varios amigos seguidores de Sega, lo que dejó el nombre de la compañía en alto en mi mente. Yo era de esas personas que aunque prefería el Super Nintendo, envidiaba a los que tenían Genesis, disfrutando de tremendo juegos en casas ajenas como la franquicia Sonic en su totalidad (recuerdo mi gran impresión con Sonic & Knuckles), Streets of Rage, Shinobi 3, los juegos de Konami licenciados como Animaniacs, Comix Zone, el primer Vectorman (el segundo lamentablemente lo conocí emulado, mala suerte mía), Toejam and Earl, Ristar, Aladdin y muchos mas, entre ellos el increíble Gunstar Heroes que simplemente me hacía golpear mi cabeza contra la muralla por no poder tener ese juego en mi Super Nintendo.
Podría comentar muchas cosas personales y es que a pesar de todo me siento «bendecido» por poder vivir un poco de eso por amigos en esos años, en especial mi viejo compañero Eduardo Pavez (ahora gran dramaturgo conocido en internet como Profeta Paranoia) quien tuvo Sega CD y me hizo entrar a ese mundillo extremadamente desconocido para la realidad nacional. Costó harto lograrlo, pero en Marzo de 1997 hice la «locura más grande del mundo» según mis compañeros de curso: Cambié mi Nintendo 64 con Super Mario 64 por un Sega Genesis con 10 clásicos juegos por tres semanas. Mucha gente me trolleó y dijo que era la estupidéz más grande que habían visto… ¿cuál es mi opinión?, que fueron las tres mejores semanas ever.
Nadie puede realmente apuntar con el dedo a la gente que le hizo el quite o no conoció el Genesis en su momento, la realidad nacional era así y no había nada que hacer, en especial porque mucha gente ni siquiera se topó con la consola, siendo totalmente ignorada por Club Nintendo quienes nunca la mencionaron de manera directa excepto en un controversial artículo que acá fue ELIMINADO de la edición Chilena llamado «La realidad de 16-bit» donde compararon el SNES con el Genesis con conversiones para cada máquina foto a foto.
¿Se ha perdido de algo si no lo vivió?, Sí y si bien el SNES para mí y de manera muy personal es una consola superior en mis gustos ahora disfruto los juegos a concho, muy en especial títulos que no disfruté en su momento y que ahora los encuentro maravillosos como la saga Thunderforce, Ranger-X, Battlemania, las conversiones de Toaplan o el majestuoso Alien Soldier, con Treasure haciendo bien la pega. No es mi intención recomendar juegos, usted puede aprovechar la ocasión para recomendar si lo siente necesario y es que la galería de Genesis es tan extensa que da para mucho. Ya no vale la pena lamentarlo, simplemente ahora si tiene las lucas y el tiempo recomiendo darle el perdonazo, olvidar su fanboy de Nintendo de 6-16 años interior de esa época y disfrutar de una máquina que dio goce a muchos, incluso con sus errores como el 32X, pero que al fin y al cabo son parte de una de las eras más apasionantes de la industria.
Felices 25 años Genesis y a celebrarlo, tanto para los que la vivieron como para los que la quieren vivir ahora.